En la tarde de ayer, 29 de septiembre, conocíamos la sentencia del
Tribunal Constitucional español sobre la “suspensión cautelar” de la
Ley de Consultas de la Generalitat catalana y del decreto de
convocatoria del 9 de Noviembre. Una medida que se ha tomado con una
rapidez proporcional al miedo que genera todo este proceso en el seno
del Régimen español. Una vez más, el Régimen demuestra la incapacidad
que tiene para asumir cualquier tipo de demostración de la voluntad
popular. Lo hemos repetido una y mil veces; el Estado español es una
institución carente de garantías democráticas y lo demuestra
constantemente, más aún ahora que el modelo del 78 ha entrado en su
fase terminal. Por ello, y por comprender el carácter colaboracionista
que históricamente ha tenido la burguesía catalana, cada vez más
sectores del pueblo catalán van asumiendo que la única vía para ejercer
el derecho de autodeterminación que les corresponde como pueblo es la
vía de la desobediencia.
En las próximas semanas vamos a poder
presenciar un proceso de lucha de líneas entre una burguesía catalana
que se encuentra contra las cuerdas y una sociedad civil catalana cada
vez más convencida de la necesidad de ejercer la desobediencia como
herramienta para garantizar su derecho a decidir. Los sectores más
conscientes del pueblo catalán tienen claro que el proceso no puede
dejarse en manos de quiénes han formado parte imprescindible del
proyecto "nacional" español ya desde el siglo pasado, pues éstos
intentarán salvaguardar a toda costa sus intereses de clase y llevar el
proceso hacia una vía muerta. Hasta el momento actual, la correlación
de fuerzas parece ser favorable a llevar hacia delante el proceso, y
las primeras reacciones no se han hecho esperar: la Asamblea Nacional
Catalana ya ha conseguido más de 30.000 voluntari@s para sacar las
urnas a la calle el día 9N, y esperan conseguir una cifra de 100.000.
Por su parte, las organizaciones estudiantiles agrupadas en la
plataforma Estudiants9N, en la que participa el sindicato de la
Esquerra Independentista, el SEPC (con presencia mayoritaria en todas
las universidades públicas de los Países Catalanes) han convocado ya
una huelga estudiantil de 48 horas en contra de la prohibición del TC.
Desde nuestro punto de vista, el papel de la Esquerra Independentista
va a ser fundamental para que la consulta se realice el día 9N, ya que
el tiempo va a demostrar una vez más que son estas organizaciones, y no
otras, las únicas que van a ser consecuentes con el proceso. Vemos
como una vez más, la lucha ideológica entre Ruptura y Reforma, entre
legalidad y legitimidad en este caso, se sigue visualizando en cada
lucha concreta que pone en riesgo a un Régimen del 78 más que agotado
ya.
En todo este contexto, va a ser imprescindible la
solidaridad desde Castilla y desde el resto de pueblos bajo
jurisdicción del Estado español con el pueblo catalán:
es nuestra obligación con la democracia. Lo
venimos advirtiendo hace tiempo; la caída del Régimen va a traer
consigo la caída de toda esa izquierda que no sepa superar sus
contradicciones internas, especialmente las referidas a la cuestión
nacional, de la misma manera que, como ha declarado la CUP, el proceso
soberanista se ha llevado por delante el modelo autonomista y corrupto
del “Pujolismo”. Aprovechamos de nuevo la ocasión para preguntar a
todo
ese espectro de organizaciones que conocemos como “izquierda española” o
“estatal”, qué piensan hacer ante la vulneración de los derechos
legítimos del pueblo catalán; el silencio y la ambigüedad ante esta
cuestión (y ante otras cuestiones vividas con anterioridad en el caso
vasco) es una evidente muestra de complicidad con un modelo de Estado
español nacionalista y negador de la libertad de los pueblos. En este
sentido, los argumentos infantiles ya no sirven, la izquierda debe
aprender a analizar los hechos y ser coherente con los mismos. No nos
cansamos de repetirlo: la independencia no es el fin, sino el medio, y
esto lo sabe bien el pueblo catalán, el mismo que se moviliza contra los
desahucios, la corrupción, las reformas educativas, por los servicios
públicos, etc. Por todo ello, hacemos un llamamiento a la militancia de
esas organizaciones a reflexionar sobre el tema y a exigir un
posicionamiento firme y coherente desde dentro para hacer a esas
organizaciones dignas de llamarse izquierda. Estamos deseando ver cómo
se pone en práctica ese punto olvidado de vuestros estatutos que habla
del derecho de autodeterminación de los pueblos.
Respecto a
nuestro pueblo, estamos convencid@s de que nos encontramos ante una
oportunidad histórica para Castilla; la oportunidad que perdimos durante
la Transición al carecer de organizaciones políticas castellanistas
revolucionarias asentadas. El 9N debe trascender, y va a trascender, las
fronteras catalanas. Por las características estructurales del Estado
español, es más que probable que el proceso catalán sea la punta de
lanza, el inicio del fin del Régimen del 78 y debemos estar a la altura
para asegurar un resultado beneficioso también para Castilla;
es nuestra obligación con nuestro pueblo.
En ese sentido, vamos a tener un arduo trabajo; paralelamente al
proceso de construcción nacional que venimos realizando desde el
castellanismo, se nos suma una tarea de urgencia, la de la lucha
ideológica. Y no estamos hablando sólo de desenmascarar y denunciar la
propaganda mediática anticatalana a la que está siendo sometido nuestro
pueblo para erigirlo en baluarte del españolismo, sino sobre todo,
estamos hablando de continuar profundizando la lucha entre las
posiciones reformistas y rupturistas en el seno del movimiento popular.
Es urgente acabar con el predominio ideológico de la izquierda
reformista (y nacionalista) española. Es urgente que se empiece a hablar
sin tapujos de la cuestión nacional castellana, como necesidad
política ante el panorama que se nos viene encima. Y es urgente que
mucha militancia fuera de las organizaciones del Movimiento Popular
Castellano, salga del armario y exija un posicionamiento al respecto en
sus propias organizaciones.
Por último, queremos hacer hincapié
en la necesidad de salir a la calle en las próximas semanas para
demostrar el apoyo castellano al pueblo catalán, pero también para
seguir luchando por un proceso que asegure una ruptura democrática en
Castilla. El pueblo catalán nos está recordando una vez más que la
desobediencia al Régimen es necesaria, que la mayoría de las conquistas
sociales que hemos arrebatado a la clase dominante a lo largo de la
historia de nuestros pueblos se han conseguido desde la calle, mediante
la presión popular, y pocas veces desde la institucionalidad. En un
momento en que parece que esto se está olvidando, conviene recordar que
la calle, la construcción de poder popular, es imprescindible para
cualquier proceso de cambio político, económico o social. Nadie nos va a
regalar nada, y mucho menos, como dice la máxima feminista,
vamos a desmontar la casa del amo con las herramientas del amo.Que
el pueblo catalán tenga claro que en Castilla cuenta con el
castellanismo revolucionario como aliado en esta lucha. Porque de lo que
haga el pueblo trabajador catalán también depende el futuro del pueblo
trabajador castellano.
¡El 9N se vota sí o sí!