En Castilla, como desgraciadamente en
cualquier otro lugar del mundo, cada año sufrimos las consecuencias de
estar viviendo bajo un sistema patriarcal, que, destructivo con la
vida de las mujeres por el simple hecho de serlo, se salda este año con
19 asesinatos dentro del territorio castellano, concentrándose la
mayoría de estos feminicidios en Madrid.
Pero la muerte es sólo la última
de las consecuencias de la cadena de linchamiento que ejerce
continuamente, todos los días, en casi todos los ámbitos de nuestra
vida, el terrorismo machista. Si hablamos de cifras, solo en Castilla
podemos hablar de decenas de violaciones, de centenares de agresiones y
abusos sexuales, físicos o psicológicos, y de miles de mujeres
víctimas de la agresividad del patriarcado.
Siendo realistas, la situación
social es desoladora: la práctica totalidad de las mujeres ha sufrido o
sufre en su vida esos “daños colaterales” que implican vivir bajo un
sistema patriarcal. Y es que la violencia de género no son solo los
golpes físicos, pues vivir dependiendo de no poder ir sola por la
calle, de tener cuidado de cómo vistes o por dónde vas, todo esto nos
condiciona la vida por el simple hecho de ser mujeres. Y a esta
terrible situación nos parece importante destacar las soluciones que el
Ministerio del Interior nos propone a las mujeres en esa polémica hoja
de “Consejos anti-violación”, que no tiene desperdicio, que a pesar de
las ampollas levantadas se va a mantener, y cuya principal solución es
que las mujeres debemos recluirnos y escondernos: que no caminemos
solas por la calle, que vivamos en la continua paranoia de mirar a
nuestro alrededor, que no pongamos nuestro nombre en el buzón si
vivimos solas, que no nos olvidemos de llevar un silbato para pedir
socorro, que elijamos preferiblemente las zonas bien iluminadas y menos
solitarias… y un largo etcétera que nos da vergüenza seguir
reproduciendo.
Pensamos que, frente a estas
"recomendaciones" para que las mujeres nos comportemos como víctimas
las 24 horas, nos sometamos a pensar que tenemos que actuar así con
normalidad e incluir esos hábitos en nuestra vida, la mejor respuesta es
un buen ataque: las mujeres no podemos resignarnos a mantener esa
actitud, tenemos que llamar a la insumisión, a la desobediencia y sobre
todo a la intransigencia frente a cualquier conducta machista en
nuestras vidas. Nuestra lucha tiene que ser la de desterrar el
patriarcado para siempre empezando por los pequeños gestos cotidianos.
Pero lo verdaderamente desolador
es que este machismo agresivo no es sólo un problema de nuestro pueblo,
Castilla, sino que se da a lo largo y ancho del mundo con diferentes
intensidades, y la realidad es que la mitad de la población mundial,
las mujeres, viven bajo el yugo del patriarcado. Por eso, este quiere
ser un mensaje no solo de solidaridad, sino también de combatividad y
fuerza con el resto de pueblos que también comparten la lucha por la
liberación del patriarcado.
Por último, queremos remarcar que
el patriarcado no solo afecta a las mujeres, aunque se ceba
especialmente con nosotras. También nuestros compañeros sufren las
consecuencias, y también ellos tienen que librarse de él, de las
actitudes que les obligan a aceptar como normales desde la infancia, de
renunciar a determinadas posiciones privilegiadas. La lucha contra el
machismo es cosa de todas y todos.
En Castilla lo tenemos claro, queremos un pueblo libre de patriarcado:
CONTRA EL MACHISMO Y SU VIOLENCIA ¡AUTODEFENSA!
Joven, ¡pasa a la acción!
Yesca, la juventud castellana y revolucionaria